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#Venezuela : Friosa, el antes y el ahora.

martes, 2 de septiembre de 2014




Hasta la mañana del jueves 2 de septiembre de 2010, los titulares desplegaban sus amplitudes en torno de las incidencias del funeral de Franklin Brito. Friosa, en cambio, era una espinosa incertidumbre prolongada por la intervención gubernamental debido a conflictos entre los Hermanos García y el Estado, que dieron pie a los laborales y al vilo por la posibilidad de la estatización.

“Es posible la expropiación de Friosa”, habían asomado el día anterior Richard Canán, titular del Ministerio de Comercio (Minco), y Carlos Osorio, de Alimentación, luego de una visita a la planta central del Complejo Comercial García Hermanos, en Unare.

Hasta ese momento, el Gobierno llevaba más de 100 días de ocupación. Los alegatos eran tan volubles como eclécticos: desde “garantizar la continuidad de las operaciones de la empresa”, pasando por proteger “la estabilidad laboral de los trabajadores” y acabar con el “contrabando de frutas”, hasta denunciar la posibilidad de “lavado de dinero” y cuestionar a los propietarios por manejar “un Mercedes Benz, y los trabajadores, pal carrizo”.

La triple confluencia de trabajadores que apoyaban la expropiación, los que se oponían con radicalismo y los que eran indiferentes, también despuntó en aquellos días de expectativas hasta que, finalmente, a las 3:00 de la tarde de ese jueves se conoció la decisión: el Estado, a través de la voz de Hugo Chávez, tomó Friosa.

Desencuentros

El anuncio de expropiación lo formuló el mismo presidente de la República en una alocución desde Termozulia II, en la Cañada de Urdaneta, Zulia. Aprobó, entonces, 60 millones de bolívares para la concreción de la medida.
Sin embargo, Friosa se halla en un letargo jurídico debido a que, hasta los momentos, la compra definitiva no es un hecho.

Robert Piña, hoy miembro de la junta administradora en representación de los trabajadores, y uno de los que aplaudió la estatización, señala que la imposibilidad de un acuerdo con los expropietarios ha condenado al complejo al estancamiento.

“En el aspecto laboral, han mejorado muchas cosas. En la parte operativa ha pasado bastante tiempo, y al Estado se le hace complicado inyectar recursos hasta que se generen lo que llaman los justiprecios para la venta definitiva. Hasta ahora lo que hay es una especie de administración”, dice.

En la otra acera, Carlos Castillo, otro de los trabajadores, aunque más cercano a los antiguos dueños, considera que son obvias las razones para sentenciar que la expropiación fue un fracaso.

“Sea como sea, antes se conseguía de todo. Los estantes estaban full y yo me quedaba hasta las 9:00 de la noche allá porque llegaban los contenedores y los descargábamos”, rememora.

Sin respuestas

Para Castillo, el desembolso gubernamental mantiene a la nómina, cuando debería ser la productividad la que garantice sueldos y otros beneficios.

“Lo que ha mejorado es que ahora cobran sin trabajar. Eso es lo que ha cambiado para ellos, pero es lógico que antes, cuando uno buscaba los productos, aunque escaseaban, allí estaban”, insiste.

La junta interventora estuvo encabezada por Milton Bracamonte, representante regional del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis). Para este trabajo intentó contactársele a su teléfono habitual. Sin embargo, en su lugar, respondió la voz de Aura La Rosa, la nueva directora regional de la Superintendencia de Precios Justos quien, ante la pregunta sobre el trabajo, contestó que “no estoy autorizada desde Caracas para hablar”.

- ¿Puede hablar sobre el caso de Friosa?

- Desde mi cargo, no puedo. Pero sí te puedo declarar como pueblo.

- Dice que puede declarar como pueblo. Entonces, ¿qué opina sobre la intervención de Friosa, cuatro años después?

- No, no, no puedo. Voy en carretera. Pero para la próxima semana, sí.

No hubo otra voz oficial al respecto. Y, en cambio, los trabajadores son los que pueden dar sus perspectivas sobre una medida, por cierto, tomada al calor de una pugna electoral: la de los comicios parlamentarios del 26 de septiembre de 2010.

Cuatro años después, por ejemplo, varias sucursales de La Fuente se encuentran cerradas y con los estantes vacíos, y Koma está sometida a una remodelación para la instalación de un abasto de la red gubernamental.

Pero la mejor opinión puede formulársela usted mismo: si de escoger se trata, ¿con cuál Friosa se queda, con la privada o con la estatizada? He ahí la respuesta más idónea.

Publicado el 02 de Septiembre en www.correodelcaroni.com
 
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